5 de junio de 2010

La Palabra








La diosa palabra, solo visita a los que ama.


j. gelman





Desde que la vi supe que ella me iba a doler.



Como quien contrata antes de nacer la hora de su duelo.

Y se sorprende como un niño al verla llegar.

Ella trae lo eterno en la fugacidad de un segundo.

Lo innombrable.

El mar inyectable.

El infierno en pastillas.

El nombre que incendio cada noche.

Asesina del silencio.

Cómplice absoluta de todos mis crímenes.

Testigo de los amores que desarmo.

En breve…emborracha la apatía del letargo de mi mente y se va impune, lejos de los muros de la cárcel

Con el secreto de sumario bajo el brazo.

Ella se divorcia de mi si me distraigo .y me tortura extasiándose en otras manos.

Desde que me vio.

Supo que me iba a doler…

Con su mirada de cometa.

Vestida de vocal de flecha o desnuda de azul inercia.

Desacertada de frases inhóspitas.

O revestida de curvas increíbles.

No me pertenece ni a mí ni a nadie.

Sin embargo cuando llega….

Ay…. ella se desmaya en mi almohada blancavirgen.

Deja las ropas de la razón sobre la silla.

Pervertida mocosa irreverente.

Me hace el amor sobre las teclas.


Ella es la bala de plata sobre mi boca de loba,

dispara sobre mi corazón dormido lo que le venga en gana.

Penetra mi pelaje en noches de luna llena.

Rompe los tejidos petrificados de cada pensamiento rutinario cotidiano y mentiroso.

de cada acción mortalmente y descuidadamente diaria, ……clonadamente diaria.

Foguea, descuaja, destroza y pone en carne viva las carnes del olvido.

Los recuerdos pegados en cartones.

Los murales con grafitos de aniversarios y desencuentros.

Ella me cuida en secreto de que sea mi propio disparo en la oscuridad.

Ciega… traduce los miedos en todos los idiomas de las pieles.

Siempre cumple el rito de no venir cuando mi ansiedad prepara la mesa y el hambre como un soldado dispone su batalla comestible.

Grotesca voracidad ante su alimento incipiente me ofrezco irredenta y sumisa….

Así desesperada me lanzo mordiendo babosa lo que traiga para mí.

Cuando se va, me deja la boca llena, los dedos doloridos, el plato silenciosamente vacio .

Volverá para traerme un hambre nuevo recién nacido que absorto espera un hueco miserable de migajas.

Ella no concreta una cita porque nunca sabe donde morirá esa noche.

Y aun así…ilusionada con su regreso….suelo dejar tiradas hojas blancas por la casa por si se le ocurre venir….

o un desmayo púrpura del renglón la atrapa enamorada…

o un sueño de siesta simplemente la sorprende allí sobre el papel.


Ella juega a las escondidas en mi vida.

Hasta los mosaicos saben que nunca dejara de hacerlo.

Cuando soy toda tristeza se viste de novia y me mira con un amor sedentario decidido a casarse con mis ojos..



Y si soy feliz,

Ay….si soy feliz!!

Ella escapa en puntillas del cuarto…a ponerse contra la pared,…

a contar hasta mil….

Y me toca la piedra con un ramo de orquídeas rotas en la mano….



Desde que la vi supe que ella me iba a doler…

….la palabra.

Grito del Sobre Viviente-




Se cuela el odio entre tus parpados.

Murió el viento.

Y nadie fue a su entierro.

Ya no estabas.

Viene de los muros.

De las uñas arrancadas de los muros.

De estrellas amarillas en alambres de púa.

De un vagón de dientes que sonríen.

Un alarido de brazos marcados..

de rapadas mentes

Y desnudos huesos

Y obesa esperanza.

Un tornado de memoria Inextinguible.

Una puerta vacunada contra el olvido.

No olvidaras los seis millones.

No olvidaras.







Poema dedicado a sabina feikind, sobreviviente de la Shoa.



….ella yacía blandamente extenuada.


Con su espalda sobre los escombros…

Con su cuerpecillo de lombriz adaptándose a los relieves del piso,

Con la piel fundiendo sangre y barrosemen,

Con los órganos adormecidos en el llanto de la tierra.

Y al fin el cuerpo hablo

a través de la boca sucia de tierra velorial…

-”nunca mas el sexo en mi”……….el sexo mío ya se ha ido.



Mire la ternura que le nacía debajo de la costilla…

Estaba en la despedida de todas sus funciones vitales…

un exilio intimo de su aliento vital

un pequeño viaje al barrio de los muertos


Se ofreció al fin, fugazmente recogida,

A la bienvenida del rumor del espanto que supone la muerte.

Y la vida que todavía suspiraba en mí,

Le sugirió seguir…quien sabe para ni por que.


fabiposse.