14 de septiembre de 2010

Toda Ella.


Toda ella.
Toda noche que ilumina y ciega estridencias.
Hasta los grillos se callan cuando ella abre los ojos.
Toda ella vestida de luciérnaga azul, bebiéndose galaxias y demonios.
De azul febril se pinta las costillas, desde ahí canta, desde ahí anuda los sueños de los hombres.
Toda ella princesa rota.
Despoja  orquídeas del aire y se baña en su champaña delirante.
Niña, perra insólita,  hembra de todas las  tinieblas.
Amante de Caín, ofrecida  al sacrificio.
  Inmolada en ron, embriagada por amor al golpe del cristal.
Toda terciopelo desmayada de química imperfecta.
Sin sinónimos que la desnuden mejor.
Hembra lirio más valiente de noche porque la piel le sobra en el cuerpo cuando las almas se apagan.
Mujer imán.
Toda ella.

UN DIA...




 Inadvertida detrás de la ventanilla de un tren cualquiera
Desvestida de mí rezo para que al fin  te bajes y  permanezcas
Esquivando durmientes  espantados de dolerse como cisnes muertos
Partida del tránsito de mis surcos que se alejan de la estación
Visitando sin venir a tu casa mí tallo, a tu palabra mi savia
Fotografiando detrás del obsceno vidrio esta osadía, este esqueleto de Cupido, esta avidez de  meteoros
Yo se que un día voy a temblar lavando tus sucias ropas, voy a seguir el ritmo de tu remera blanca y desterrada de azúcar
 Voy a gemir en tu telaraña mientras devoro tus medias, parte de tu talón, digiriéndote despacio, reteniéndote
Mientras el cuarto rey mago te deje una carta sobre tus piernas violetas de dormirse sin dormirse…
Un día…
Quedare soñada ahí en tu amanecer como una emboscada
Como una bastarda menos vos, mas esquina sin salida
Más ochava, menos cenicero
Mas bola negra número ocho, menos bandera blanca, más ruido a nueces en la boca, menos boceto desnudo frente al espejo
Un día existirán
Menos sueños malcriados sobre tumbas desiertas
Menos lluvia en fuga sobre las pieles del misterio (lo mejor de nuestra piel es que no nos deja huir)
Menos turista llena de dudas comprando suvenir
Menos preñez de tu signo astrológico y de todas tus edades
Menos jardines de lenguas sin ceremonias como ciudades que se besan en la mano cuando se extrañan.

4 de septiembre de 2010

Azúcar Negra









Abruptamente ahora estas poesías negras de tus acordes me laten


Desconociendo tus aromas, tus ángulos, tus transas

Y este final que no me empiezas sin mi Eva

Agitada de mí.

Me conservo, barnizo mis huesos de tu huida

Tu boca vale el golpe de la suerte, la manzana partida, las pepitas, los demonios.

lustran mis falanges de promesas tu audaz distancia.

Tu boca vale este latido insomne, como desnudos dedos de ninfas en puntillas.

Sobre mi piel papel, escribiéndome, haciendo corazones de vapor en mi vidrio.

Ayer mientras dormía, desolada y enredada, me dejabas en la nuca tu tierno vicio como beso.

Si me derivo en tu río y le canto un tango rufián a tu humedad.

Y me enamoro de tu amuleto que me rema hacia tu pasillo interno.

Y te bifurcas porque no sabes sangrar de otro modo

Y yo me pierdo entre tus aguas como si fuera la primera

Y en vez de peinarte trenzas te peino relámpagos

Y te fumo hasta el filtro fanática y absorbida

Y publico en la primera página del diario tu nombre, y las letras caen en un salto mortal deliradas del borde de la hoja

Y si arriesgo tu luz y me preño de vos y hacemos la verdad en vez del amor

Y de golpe me marchitas diciéndome entre chaparrones:

Que no me prometes ni un cuarto que de al jardín,

Ni ser en tu testamento heredera de tus excesos,

Que ni helada ni aturdida ni descalza ni invisible, comerías de mis alas, de mi hocico, de mi hambre.

Que ni estrellada de licores morderías el angelado anzuelo que brota en mi espalda.

Entonces seré la última mujer.

Que vea nacer peces desde el fondo de la tierra.

1 de septiembre de 2010

Llueve de vos




La lluvia me nada en mi cama de estanque.


Pienso que entre brazada y brazada, entre poema y poema,

debería dormir una siesta vestida con mi pijama de agua.

Llueve lo que nace.

En todas sus gotas cae tu rostro.

No toda vos. Fragmentos de vos. Versos de vos.

Un racimo de uvasgotas de vos.

Pronto de desparraman y el óvalo que refleja tu ceja de cebra se va rodando debajo de mi almohada.

Algunas llevan pedacitos de tu frente emplumada, la punta de tu nariz casi inflamada de ternura, tu boca abierta de racimo verde.

Entonces tomo una de esas perlas cristalinas, refleja tu ojo pirata extraviado en una isla desierta.

Las pestañas ciegas al día, distraídamente mortales apuntan a un pájaro en vuelo.

El rimel corrido dibujó en tu mejilla la palabra “perfidia”.

Beso tu gota y trago de un sorbo tu tinta negra, es miel, es ajo, es baba

Busco otra uva húmeda, y otra palabra y otra sed..

Bebo tu lluvia inevitable, sabe a pulpa dulce, a voracidad de cariciavampira.

Busco descubierta la gota que lleve la palabra “semilla”.