23 de julio de 2010

sin coartada.

Hoy que no me siento poeta


Justo hoy que tengo:

Mis dedos encarcelados

Mis lápices de rehenes

La loca que me dicta en el caldero

La palabra que no hará declaraciones en su contra

Mi intuición demorada por averiguación de antecedentes

La magia en la guillotina

Mis venas con prisión domiciliaria

Entre rejas los huesos de los pájaros por desacato

La musa agonizante sobre mi falda

Hoy. Que no me siento poeta y no encuentro coartada

Precisamente ahora, ya, y no mañana

Me pedís un himno de amor como sentencia

Ofrezco la autopsia de poemas viejos

Reclamas misterio de forense en cada verso

Entendeme amor:

Hoy solo puedo darte, una mendiga pausa, en defensa propia.



besos fluorescentes.

Paso por bocas de agujas doradas…


Por boquitas burras prendidas de luz

Por hocicos afrutillados en vino

Por bordes vocales torpes o hechizados

En las púas carnosas rosas golosas

Vive el murmullo del grillo

Simiente

o cárcel

o trampa

Dejo mis labios anochecidos beberse a si mismos.


Parte de la luz de la infancia gira sobre su espalda

Retorna en puntas de pie

Ansia un ciclope deseo

Un halito salvaje filoso

Instintivo como la crueldad de la magia

Una roce humano al fin imperfecto

Un despertenecer a lo conocido



No beses a nadie, dijo mi madre

No beses el mundo, dijo mi padre

Y yo que me olvido cumplir mandatos enmohecidos

Ni bien me viste la noche y su verdor
Me rompo.

Abro la caja de Pandora

Me rompo.

Descubro que se esconde detrás del arcoiris
Son mis partes ciegas amuradas

En el beso de cualquiera

Suspirando por luz.