22 de mayo de 2011

Desencanto.







“Morir lo imprescindible, sin pasarse de la raya.
Y, del resto salvado, rebrotar lo necesario.”  Wislawa Szymborska.

Y el desencanto también es una palabra que pide la palabra.
Desea  crecer como maleza entre los dedos ciegos que lo condenan.
 Abarcar en hiedras negras desde unos pies hasta los pelos de un alma.
Busca desbocadamente el corazón del oso.
Pide  ser protagonista y cómplice de la desilusión del patíbulo.
Exige  un poema para él.
Se profana para merecer la hoguera.
Desnuda el plexo, ansia  el cuchillo entrando en la costilla.
Quiere atar la muerte en el verso que se asoma de  la mano que fuera de la tumba,
sigue escribiendo.
Grita  ser el final malo de un cuento donde la princesa espera hasta la madrugada besar su sapo.
Sin saber que él se fugo a los saltos,  con otra de ojos más claros que los suyos.



4 comentarios:

Laura García del Castaño dijo...

Qué bueno este blog!, me ha encantado fabi. Un abrazo.

FABIPOSSE dijo...

lo tengo un poco descuidado al blog pero gracias!!! escribis tmb? compartamos! beso

Marina dijo...

me encantó leerte y llagar hasta acá a través de Gustavo, saludos!
Marina Cecilia Kohon

Laura García del Castaño dijo...

Qué pasó que no hay más poemas?