
Ella nunca intuyo que el final de su historia seria morir como un cisne en la cueva donde viven los malos de los cuentos.
Y aun así tomo del agua un cortante y con su propia sangre dibujo
Los sueños ausentes.
Cada gota de su vena se dio a la fuga y por azar,
Enveneno los mares,
Perteneciéndolos.
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